Una semana con singles en veleros
Ya hemos vuelto, se acabó, que pena y que poco dura. Hemos pasado una increíble semana de vacaciones en veleros singles por Ibiza y Formentera.
Zarpamos el sábado después de cenar del puerto de Valencia 3 barcos con destino cala Benirrás en Ibiza. La travesía por la noche fue muy agradable, aunque para evitar malos ratos me tome mis Biodraminas para combatir el mareo. Nos tocó hacer 2 horas de guardia de vigilancia que se pasan enseguida charlando con tu compañero, recién conocido.
Ya en Ibiza, fondeamos y nos bañamos en cala Benirrás y al atardecer, para la puesta de sol, bajamos a la playa a la tamborrada hippie. La puesta de sol fue espectacular. Nos tomamos una copas con las otras tripulaciones y compramos algún recuerdo en el mercadillo que se monta en la cala. Volvimos a cenar al barco y estuvimos de charleta viendo las estrellas hasta la madrugada, dando buena cuenta de nuestras reservas de ron y haciendo amistades.
Por la mañana no fuimos a comer a una calita preciosa, cala Salada, donde comimos, nos bañamos y dormimos la siesta. En la ensenada de Aubarca, que es la que viene en el programa no estábamos bien por el oleaje que teníamos ese día. Para el atardecer, nos fuimos a la bahía de San Antonio a fondear allí, bajar a tierra e ir a ver la "puesta de sol comercial" al café del Mar. Después, a cenar al restaurante Villa Mercedes, un restaurante precioso junto al Club Náutico y para terminar, a bailar salsa en un pequeño local cercano.
El martes nos fuimos a comer a cala d'Hort, frente a Es Vedrá. Bañitos por el camino, navegación a vela, que no hay prisa, aperitivos y cervezas a todas horas, relax a tope y siesta, que llevamos 3 noches que no paramos y esta toca irnos a Ibiza.
Por la tarde, fondeamos en Port Roig y pedimos unos taxis para ir a Dalt Vila que es el nombre con el que se conoce a la ciudad de Ibiza. Cenamos en un restaurante del puerto y nos fuimos a tomar una copa al Café Teatro Pereira y nos hartamos de bailar. Vuelta en taxi a nuestro barco y otra noche más de acostarnos muy muy tarde.
Por la mañana nos llevaron a la isla de Espalmador, donde bajamos a su paradisíaca playa de S'Alga y nos dimos un paseo hasta los barros. Mucha gente se reboza bien de barro por todo el cuerpo, para luego ya en la playa rebozarse en arena y dejar que se seque. Al final un buen baño en el mar para quitarse todo ese mejunje, que por cierto, huele fatal.
De allí nos fuimos a Cala Saona, a bañarnos en sus increibles aguas color turquesa. Alquilamos después de comer unas motos y nos fuimos a recorrer la isla de Formentera. El faro de la Mola y el mercadillo hippie nos llevaron casi toda la tarde.
Por la noche, después de cenar en nuestro barco, montamos una fiesta en uno de los veleros. Ni que decir tiene que fue otra noche memorable en compañía de nuestros nuevos amigos.
A la mañana siguiente, ya jueves (sniff, esto se acaba) recorrimos en moto los pocos kilómetros hasta el faro de Berbería para después ir a visitar en el parque natural de Ses Salines, la famosa playa de Illetas. Después de comer navegamos hasta Ibiza, a Cala Jondal donde nos bajamos a tomar una copa en el Blue Marlin, chiringo de moda y gente guapa Ibicenca.
De madrugada, vuelta a Valencia donde llegamos a las 3 de la tarde. Por la noche, cena, copas y otra noche de dormir poco. ¡Dios mío, que corto se me ha hecho!